El delantero se encuentra a tiro superar el registro de partidos seguidos jugados en las 90 ediciones de la Liga
Iñaki acumula 195 consecutivos y en la primera plaza aparecen los 202 de Larrañaga con la Real Sociedad
La Liga está a las puertas de su 91ª edición, arranca en menos de 20 días, y sus libros de historia esperan a Iñaki Williams. Casi nada. Al alcance de su mano se encuentra un récord de resistencia de otra época. El de más partidos consecutivos disputados en el torneo de la regularidad. El delantero del Athletic cerró el curso pasado en la segunda posición del podio y en las próximas semanas intentará el asalto a la primera plaza. Son 195 jornadas seguidas las que acumula y el listón se sitúa en los 202 que encadenó Juan Antonio Larrañaga con la Real Sociedad.
Solo son números. Eso sí, acceder a este olimpo siempre es plato de buen gusto. Sobre todo porque no está al alcance de cualquiera. Parecía una anécdota cuando superó la centena, doblar esa cantidad sonaba a quimera. Y es que los jugadores explosivos como Williams siempre son más propensos a las lesiones, especialmente con un calendario tan cargado como en el fútbol actual. Pero Iñaki ha ido quemando hojas del calendario hasta que se ha convertido en una realidad que tiene muy cerca.
El bilbaíno dejó atrás a Arconada (188) y a Zubizarreta (184) en el último tramo de la reciente Liga y por delante solo aparece Larrañaga. Le faltan siete jornadas para igualar el récord del realista. Si no hay contratiempo en forma de sanción o lesión, Williams alcanzaría esa cifra en la visita al Valencia (25-26 septiembre). Y se quedaría en solitario en cabeza en la octava jornada liguera, al amparo del público de San Mamés en un derbi frente al Alavés (2-3 octubre).
Incombustible es la palabra que mejor define al atacante. No falta a la cita en el torneo de la regularidad desde el 17 de abril de 2016, en una visita de los leones al Málaga (0-1). Una campaña en la que, curiosamente, había sufrido varias lesiones. Luego dio con la marmita mágica y se convirtió en indestructible. Completó los cinco choques restantes de aquella temporada y ha ido encadenando, uno detrás de otro, todos los de la 16-17, 17-18, 18-19, 19-20 y 20-21.
¡Cinco cursos completos! 195 compromisos consecutivos… con cinco entrenadores distintos: Valverde, Ziganda, Berizzo, Garitano y ahora Marcelino. Para todos ellos, Williams ha sido pieza básica en sus esquemas, más allá de que estuviera acertado de cara a gol o no. Ni lesiones ni sanciones se han cruzado en el camino de la pantera.
Aunque sí ha tenido ‘suerte’ en ciertos momentos en los que los problemas han llamado a su puerta. Lo han hecho fuera del ciclo competitivo. Sin ir más lejos, la rotura muscular que sufrió en la última jornada de la pasada Liga en Elche. Williams estuvo KO varias semanas, pero era en vacaciones y en la vuelta al trabajo ya tenía el alta. Hace un año también dio positivo en covid. Se perdió buena parte de la pretemporada y llegó a tiempo del debut en Liga.
Los números que le traen más quebraderos de cabeza a Iñaki son los relacionados con el gol. Sus guarismos en los dos últimos ejercicios son pobres. Se ha quedado en la media docena de dianas en el torneo de la regularidad en ambos y desde que se reinició el fútbol tras el confinamiento ha perdido el olfato. Williams ha disputado 57 compromisos entre todas las competiciones y solo ha logrado 8 tantos.
Marcelino tiene claro qué rol debe desempeñar y uno de sus retos a corto plazo en el banquillo será activar sus prestaciones. “No podemos identificar a Williams con el gol, no podemos creer que vaya a ser Urzaiz, Llorente o Aduriz. Sus características son diferentes. Es un futbolista que tiene una grandísima velocidad, alarga las defensas rivales y las pone en duda permanente. Exigirle algo que es diferente a sus cualidades no es justo”, manifestó el técnico en una entrevista concedida a Mundo Deportivo en el último tramo de la pasada temporada.